miércoles, 11 de mayo de 2011

El Obispo de Ilinois pide que se reze la Oración a San Miguel


El obispo de Sprinfield, Mons. Paprocki, se reunió antes de la Misa Crismal, el 19 de abril, y explicó a los sacerdotes de su diócesis el significado y la historia de la «Oración a San Miguel».
Acabados los Oficios, junto con los Santos Óleos, ordenó distribuir por las parroquias de su diócesis grandes tarjetones con la Oración a San Miguel, y que fuesen colocadas en los bancos. Pidió que se rezase después de la despedida y antes del canto de salida o cierre en todas las misas.
Dijo que:
«Uno de las mejores bazas de Satanás está en su camuflaje, en la creencia de que no existe. No creer en Satanás y en las fuerzas del mal nos deja incapaces de resistir. Por eso es bueno recordar la oración a San Miguel Arcángel. Tenemos que recordar que cada vez que oramos, trabajamos para derrotar a nuestros enemigos reales, no los demás, sino al diablo y sus demonios».
Aunque el exorcismo formalmente nunca fue abolido por completo, la inserción en la Santa Misa pasó a mejor vida ya en los 60. Aún así, los papas han recomendado vivamente su rezo .
Desconozco las razones últimas de la «restauración». Pero sí me atrevo a afirmar que algo tendrá que ver el «Congreso sobre la práctica litúrgica y pastoral del exorcismo» del año pasado, que la Conferencia Episcopal USA encargó a Paprocki que dirigiese. La finalidad era encontrar exorcistas para las diócesis del país, sólo había cinco exorcistas en todo Estados Unidos.
Creo que las condiciones en las que León XIII la compuso y prescribió, en 1886, no han cambiado mucho. Es evidente que las asechanzas del maligno y los ataques frontales a la Iglesia o al Papa no han disminuido, más bien lo contrario.


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