viernes, 17 de junio de 2011

!Basta de guitarras¡!Volvamos al Gregoriano¡


El diario La Repubblica publicó recientemente una interesante sección dedicada a “la música de Dios”. En ese contexto presenta una entrevista con el español Mons. Pablo Colino, director del coro de la Orquesta Filarmonica de Roma,Ex Mestro de la Capilla Julia, y Canónigo de la Basílica de San Pedro, la cual traducimos seguidamente.


Maestro Colino, ¿por qué la música sacra y la litúrgica están en crisis?


Todo se ha precipitado después del Concilio Vaticano II, con esa superficial oleada de pseudorenovación que ha hecho tanto daño en casi todas nuestras iglesias. Basta asistir a cualquier celebración liturgica, para sentir guitarras horribles, pianolas ensordecedoras y coros superficiales. Todos dirigidos de maestros pocos preparados. Aunque hay excepciones alentadoras que, se cree, podrían bien esperarse en el futuro.

¿Podría dar un ejemplo?

Recientemente, en Terni se desarrolló un interesante congreso sobre la música sacra. y, para esa ocasión, se han presdentado muchas corales juveniles y muchos grupos de artistas especializados en música litúrgica. Ha sido bello e interesante escucharlos. Y también alentador.

¿Pero hay una “receta” para revivir la música sacra?

Tenemos que volver a un estudio serio, riguroso y apasionado en las scholae cantorum, en los conservatorios y, quizás, en las escuelas. La música sacra es patrimonio universal, una forma de arte entre las más altas y inmortales. E Italia está llena de ellos, habiéndo dado a luz a los más grandes autores de la música litúrgica.

¿Y cuales deberían ser los programas en estas escuelas?

Es de fundamental importancia volver a difundir el conocimiento directo del canto gregoriano y, paralelamente, mejorar la preparación de los músicos, directores de orquesta y corales. No se va a ninguna parte sin rigor didáctico y sin el conocimiento del gregoriano, la madre de la música sacra, pero me atrevo a decir que de toda la música, incluso la contemporánea.

2 comentarios:

  1. Lo mismo opino de las guitarras. Sólo las acepto cuando se usan para "rasgar", y nó tocar frenéticamte. No se dan cuenta lo que cuesta concentrarse, especialmente cuando las usan despues de la Comunión, y no permiten que recemos nuestras oraciones con recogimiento, en unión con Dios. Es de lo más molesto, al menos eso me ocurre en lo personal.

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  2. La Iglesia, es la institución que tiene el más largo y rico acervo musical. Pero en una interpretación sui generis que se ha hecho del Concilio Vaticano II, han dejado de sonar no solamente las grandes composiciones clásicas, sino también las melodías populares, paragregorianas y ambrosianas, de gran exquisitez musical y poética; las cuales, puestas en manos de buenos traductores y arreglistas, producirían un efeceto insospechado en los templos.. (No hablo de restaurar el canto gregoriano, que sería demasiado pedir). Pero uno se pregunta por qué aquellas melodías no se han conservado, y se ha permitido sustituirlas por lamentables improvisaciones al son de guitarras, panderetas y repique de manos. Lástima que quienes podrían remediar esta falta prefieran conformarse con esas payasadas musicales. Lástima que una Iglesia tan rica musicalmente, se haya convertido en pobre de solemnidad!

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