viernes, 7 de octubre de 2011

Sacerdotes austriacos rehusan revocar su “llamado a la desobediencia”



Artículo de The Tablet. Traducción de Secretum Meum Mihi.


Sacerdotes austriacos rehusan revocar su llamado a la desobediencia

Los miembros de la Iniciativa de los Sacerdotes Austriacos, liderado por el ex vicario general de Viena, Mons. Helmut Schüller, han dicho que no puede revocar el “llamado a la desobediencia” que se emitió el 19 de junio. En su último boletín (que se puede encontrar en www.thetablet.co.uk), los 407 sacerdotes y diáconos dicen: “Se nos ha pedido revocar nuestro ‘llamado a la desobediencia’, pero no podemos hacerlo en buena conciencia en la medida que reafirmamos sus contenido”.

Los sacerdotes están exigiendo la reforma o el diálogo sobre los temas del celibato sacerdotal, ordenación de mujeres, la Comunión para los divorciados y vueltos a casar. Ellos también quieren reforzar el papel de los laicos en la Iglesia.

“Desobedecer ciertas reglas y leyes válidas y estrictas, ha sido por años parte de nuestra vida y [nuestro] trabajo como sacerdotes. Si fuéramos a profesar públicamente que no pensamos o actúamos de esta manera sólo exacerbaría la discordia en la Iglesia y su trabajo pastoral”, dijeron en su carta. Eran plenamente conscientes de que la palabra “desobediencia” puede ser enardecedora, pero insistieron: “No queremos decir desobediencia general, por motivos de contradicción, sino aquella obediencia gradual que primero debemos a Dios, después a nuestras conciencias y, en última instancia a la ley de la iglesia”.

Hablando esta semana en Dublín, donde se dirigía en una reunión de la Asociación Irlandesa de Sacerdotes Católicos (ACP, [sigla en inglés]), Mons. Schüller dijo a The Tablet que cuando se convirtió en vicario general en Viena en 1995 —un cargo que ocupó hasta 1999, trabajando bajo el arzobispo Christoph Schönborn— él había esperado por el cambio en la Iglesia en línea con lo que era permitido por el Concilio Vaticano II. “Pero ahora tenemos la sospecha de que el Vaticano quiere que la Iglesia retroceda”, dijo. Ver la Iglesia como una “fortaleza contra el mundo y contra el mundo secular” no era la forma en que el Concilio Vaticano II comenzó, argumentó.

Una cuestión clave hoy se refería al papel de los laicos bautizados, que “no sólo son compradores de alguna tienda, sino ... piedras del edificio de la Iglesia”. Deberían crecer en influencia y en participación en las decisiones de la Iglesia, dijo, “debido a su abundante experiencia de vida”. Dijo que la Iglesia estaba “temerosa de los laicos, porque los ve como infectados con secularización y con relativismo”. La Iniciativa se refiere al sacerdocio, dijo, que se basa en los derechos reconocidos por la ONU de los hombres a casarse, y la igualdad de derechos de las mujeres reconocidos por el mundo secular, pero no por la Iglesia, dijo.

En su boletín de noticias, los sacerdotes dijeron que habían sido aconsejados discutir algunas de sus “más simples” reformas de las que demandan, con el cardenal Schönborn, pero estaban preocupados de evitar “sólo a unos pocos clérigos de alto rango” discutiendo reformas que conciernen a todos los fieles con “algunos clérigos de menor rango”.

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