martes, 31 de enero de 2012

San Juan Bosco



“El sacerdote no va solo al cielo o al infierno; va acompañado de las personas que ha ayudado o a las que ha escandalizado. Por eso:
Me apartaré de todo aquello que me distraiga de mi vocación sacerdotal.
Trabajaré sin descanso a favor del Evangelio.
Lo haré todo con la paciencia y la dulzura de san Francisco de Sales.
Cada día dedicaré un tiempo a la oración personal.
Me mantendré siempre disponible a los demás, sobre todo en lo referente a la educación de la fe”.

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